Todo empezó con el cumple de D. Un botellón con sidra y manzanas, un futbolín. Jugamos, reimos y bebimos hasta la saciedad. Luego de bares, de bailes y de chupitos. Un semaforo para D, tequila para el resto. Risas y más risas. Una ginkana. Alcohol para D. Más alcohol. Mucho calor y un solo abanico. Llegó mi gente del pueblo, al menos una representación bastante fidedigna. Ahí, mis dos mundos. Campo y ciudad. Locos y más locos. Borrachos y más borrachos. Diversión. Mis dos mundos unidos, bailando y cantando al unísono miles de canciones de todos los tiempos. Poder disfrutar de todo al mismo tiempo. Tenerlo todo en un mismo lugar y no necesitar nada más. Más tarde el grupo va reduciéndose. Ya sólo quedabamos seis en un bar con sabor a menta, mucho calor y sin luz en el baño. Una pareja a nuestro lado se comía litaralmente. Pasión. Diversión. Se volvió a reducir. Quedamos solo cinco. Nos topamos con la sexta, la rubia. De nuevo bailes y canciones. Dos hombres asustados porque no ven más que hombres a su alrededor. S y T encantadas de la vida. Otro que se retira y una que se pierde. ¿Donde están las mantas? Quedamos cuatro. Nos echan del bar. Es muy tarde. Un beso. Dos recuerdos. Un temblor. S tiene hambre. ¿Algo abierto a las 7? No. G conoce un sitio. Es de día. Saludamos a los viandantes. Desayuno en la calle. Hamburguesas y kebabs. Uno al suelo. Paseo hasta dos sofás. Risas. Sueño. Más risas. Las ocho y media. Un despertador. Las nueve y media. Pufff. Paseo hasta el urbano. Viaje hasta el pueblo. Cansancio. Sueño. Calor. Risas. Recuerdos.
Pues bien que te lo pasas para lo poco que vienes, eh?
ResponderEliminarSin rencor, ya sabes jajaja.
Espero que antes de que acabe el curso podamos repetir otra noche anunciada ;)
Lo que menos me gusta de esta historia es que no hay una B!
ResponderEliminarhabra una B en la siguiente!!!
ResponderEliminar¿dónde están las mantas? jajajaja
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