martes, 25 de mayo de 2010

"Crónica de una noche anunciada"

Todo empezó con el cumple de D. Un botellón con sidra y manzanas, un futbolín. Jugamos, reimos y bebimos hasta la saciedad. Luego de bares, de bailes y de chupitos. Un semaforo para D, tequila para el resto. Risas y más risas. Una ginkana. Alcohol para D. Más alcohol. Mucho calor y un solo abanico. Llegó mi gente del pueblo, al menos una representación bastante fidedigna. Ahí, mis dos mundos. Campo y ciudad. Locos y más locos. Borrachos y más borrachos. Diversión. Mis dos mundos unidos, bailando y cantando al unísono miles de canciones de todos los tiempos. Poder disfrutar de todo al mismo tiempo. Tenerlo todo en un mismo lugar y no necesitar nada más. Más tarde el grupo va reduciéndose. Ya sólo quedabamos seis en un bar con sabor a menta, mucho calor y sin luz en el baño. Una pareja a nuestro lado se comía litaralmente. Pasión. Diversión. Se volvió a reducir. Quedamos solo cinco. Nos topamos con la sexta, la rubia. De nuevo bailes y canciones. Dos hombres asustados porque no ven más que hombres a su alrededor. S y T encantadas de la vida. Otro que se retira y una que se pierde. ¿Donde están las mantas? Quedamos cuatro. Nos echan del bar. Es muy tarde. Un beso. Dos recuerdos. Un temblor. S tiene hambre. ¿Algo abierto a las 7? No. G conoce un sitio. Es de día. Saludamos a los viandantes. Desayuno en la calle. Hamburguesas y kebabs. Uno al suelo. Paseo hasta dos sofás. Risas. Sueño. Más risas. Las ocho y media. Un despertador. Las nueve y media. Pufff. Paseo hasta el urbano. Viaje hasta el pueblo. Cansancio. Sueño. Calor. Risas. Recuerdos.

4 comentarios:

  1. Pues bien que te lo pasas para lo poco que vienes, eh?
    Sin rencor, ya sabes jajaja.
    Espero que antes de que acabe el curso podamos repetir otra noche anunciada ;)

    ResponderEliminar
  2. Lo que menos me gusta de esta historia es que no hay una B!

    ResponderEliminar
  3. ¿dónde están las mantas? jajajaja

    ResponderEliminar