miércoles, 6 de marzo de 2013

Soltando lastre

Mi cabeza da vueltas a un ritmo insoportable. Realmente no se si es el hecho de quitármelo de encima lo que me provoca esta extraña lucidez. 
Quizás no he querido ver en todo este tiempo qué poco necesitaba lo que tu me dabas. No eran mas que migajas de lo que te sobraba. Y yo he estado mucho tiempo, ahora sé que demasiado, recogiendo esos pequeños trozos y convirtiéndolos en delicias.
Cuando algo sobra, es necesario deshacerse de ello. Cuando tu no me das lo que quiero, es el momento de que te vayas. No sé si alguna vez llegué a sentir algo. Puede que solo me haya dedicado a alimentar una farsa, esta cruel mentira que hemos construido juntos. Tus palabras ya me suenan lejanas, vagas y sin contenido. Al menos hoy sí que me has hecho sentir algo. Un gran alivio. 
Hoy, ahora, he conseguido entender que estaba buscando en ti algo que jamás ibas a darme. Ha sido culpa mía, no tuya. Me he engañado a mi misma buscando en ti algo que había perdido. 
El amor es cruel. La falta de amor es peligrosa. Te puede hacer ver cosas que no tienes, has tenido o tendrás. Te puede llevar a ver a alguien que en realidad no existe, ha existido o existirá.
Y, al final, la única conclusión que puedo extraer es que, no se trata de tener cerca a la gente a la que tu te mereces, sino que, en realidad, el planteamiento es al revés: todo se basa en quien se merece que tú estés en su vida. 

lunes, 30 de enero de 2012

Carta al Amor

Querido amor:

Como todas las noches, hoy me meto en la cama imaginando que estas a mi lado. No fueron muchas las noches que pudimos pasar juntos, pero sí fueron únicas.
Sueño contigo, pienso en ti, te imagino entre mis brazos y no puedo evitar recordar. He cometido muchos errores pero quizás ese fue el más grande.
Ahora sé que no debí dejar que te marcharas y eso me hace mucho daño. Y lo peor de todo es que me muero de ganas por gritar lo que siento, que quiero besarte cuando te veo, que solo el roce de tu piel me provoca escalofríos.
Todos dicen que no diga nada, que no te confiese lo que siento pero no se si debo hacerles caso. Seguramente tú ya no sientas nada, pero no puedo callarme esto. ¿Debo conformarme con verte, con un beso en la mejilla, con tímidas miradas? No soy de las que se conforman pero sé que corro el riesgo de perderte por completo y eso me mata.
De momento esta carta no llevará destinatario ni sello. No la echaré al buzón. No llegará a tus manos.
De momento seguiré guardando esto para mí. Ojalá algún día pueda compartirlo contigo.

P.D: Dulces sueños amor.

jueves, 5 de enero de 2012

Recuerdos

Recuerdo una noche juntos. Estábamos en medio de la montaña, rodeados de frío y de nieve. Tú aún no me querías o, al menos, aún no lo sabías.
Me colé en tu habitación con la escusa absurda de que huía de alguien. En realidad, me moría de ganas por estar contigo.
Me escondiste en tu cama por si venían a buscarme. Era la parte de arriba de una litera. Sobre nosotros, en el techo, una pequeña ventana nos dejaba ver el cielo. Pese a las nubes, brillaba una gran luna blanca rodeada de resplandecientes estrellas.
Estuvimos en silencio, observando tanta belleza. Unos minutos más tarde me marché. Jamás olvidaré lo feliz que fui esa noche junto a ti.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Desde el frío

Salgo al balcón. La calle esta desierta y hace frío. El frió me reconforta y me ayuda a pensar.
Y pienso que la frustración es un sentimiento horrible. Hace que me sienta inútil, triste y agotada.
Me voy quedando sola poco a poco en esta noche tan oscura. Creo que lo mejor será que me entierre bajo mil mantas. El mundo será mucho mejor mañana.

domingo, 10 de julio de 2011

Viento

En esta noche de verano no veo las estrellas.
Están escondidas tras las nubes para que el aire que azota los árboles no estropee su belleza.
En esta noche de verano parece que todo está escondido.
Los sentimientos, las pasiones, los recuerdos...todo lo tengo guardado muy en el fondo de algún sitio recóndito, en algún lugar lejano.
Iré a refugiarme para que ese viento no me arrastre a donde no debo llegar. Al lugar donde no quiero llegar.


jueves, 9 de junio de 2011

Párate a pensar


En una noche como esta, lluviosa y solitaria, se paró a pensar. Hacía tiempo que no se lo permitía pero la tormenta le obligó.
¿Por qué ya nadie se para un minuto a pensar?
Por miedo.
Porque, por ejemplo, puedes ponerte a pensar si mereció la pena, si realmente algo de aquello fue verdad, si hiciste bien en huir o, por el contrario, deberías haberte quedado.
Porque puedes llegar a pensar que no tuvo sentido aquella historia y que no fue un buen motivo para marcharte.
Porque llegarías a creer que tal vez sí que te amó, si que quiso estar contigo pero que fue una historia imposible aunque, al mismo tiempo, piensas que eso es mentira, que jamás hubo amor ni nada que se le pareciese y te desengañas a ti misma de la veracidad de esa historia idílica.
Y porque llegarías a pensar que estas loca, loca de remate, completamente perturbada al darte cuenta que realmente algo así no se merece tus pensamientos e intentarías borrarlo, eliminarlo para siempre y empeoraría tu locura por darte cuenta que no es posible.
Por hoy, ya no quiere pensar más. La tormenta sigue. Sus lágrimas empiezan ahora.

lunes, 6 de junio de 2011

Una experiencia única

Debo escribir los versos más tristes esta noche....a no, que esto ya lo ha escrito alguien!
Han pasado 8 meses y 15 días desde que empezamos nuestro Erasmus cargados de ilusiones y miedos y ahora, cuando ya vemos el final muy cerca, toca hacer balance de esta experiencia. Porque sí chicos, esto huele a final.
En dos semanas estaré de vuelta en mi casa, con mi gente de toda la vida, y de seguro, disfrutando muchísimo del verano. Pero lo que hemos vivido aquí ninguno de nosotros lo podremos olvidar.
Llegamos un 23 de septiembre tras una dramática despedida en el aeropuerto, sin conocernos apenas, preguntándonos como sería la convivencia, cómo nos desenvolveríamos con el idioma, las clases y todo lo demás.
Nos fuimos descubriendo poco a poco y no tardamos en ampliar el grupo con 2 canarios y una murciana que pronto se convirtieron en amigos. Y, a los 2 días, un extremeño se acercó a nosotros preguntándonos si sabíamos donde se salía de fiesta en Bergamo. Y así, a lo tonto, completamos este círculo, esta pequeña familia en la que nos hemos apoyado, con la que nos hemos reído y con la que, por qué no decirlo, nos hemos emborrachado alguna vez que otra.
Hemos reído, llorado, gritado, cantado, bebido, pasado resacas, estudiado y disfrutado. Siempre juntos, siempre mano a mano.
Ahora es el momento de despedirse, de decir "hasta luego" o "espero verte por aquí o por allá".
La vuelta a la realidad será dura, feliz y triste a la vez.
Quien sabe cuando podremos volver a juntarnos los 8 para recordar lo que hizo el piso 1 o el piso 2 aquel día, para recordar colchones por las ventanas, multas de autobús, viajes, cenas, amigos invisibles, vecinos impertinentes, cristales rotos, líos y liadas.
Lo único que creo que los 8 tenemos claro es que, pese a todo, jamás podremos olvidar esta experiencia y que, al recordarla en nuestra cara se dibujará una gran sonrisa.
Gracias por hacer estos meses inolvidables.