jueves, 9 de junio de 2011

Párate a pensar


En una noche como esta, lluviosa y solitaria, se paró a pensar. Hacía tiempo que no se lo permitía pero la tormenta le obligó.
¿Por qué ya nadie se para un minuto a pensar?
Por miedo.
Porque, por ejemplo, puedes ponerte a pensar si mereció la pena, si realmente algo de aquello fue verdad, si hiciste bien en huir o, por el contrario, deberías haberte quedado.
Porque puedes llegar a pensar que no tuvo sentido aquella historia y que no fue un buen motivo para marcharte.
Porque llegarías a creer que tal vez sí que te amó, si que quiso estar contigo pero que fue una historia imposible aunque, al mismo tiempo, piensas que eso es mentira, que jamás hubo amor ni nada que se le pareciese y te desengañas a ti misma de la veracidad de esa historia idílica.
Y porque llegarías a pensar que estas loca, loca de remate, completamente perturbada al darte cuenta que realmente algo así no se merece tus pensamientos e intentarías borrarlo, eliminarlo para siempre y empeoraría tu locura por darte cuenta que no es posible.
Por hoy, ya no quiere pensar más. La tormenta sigue. Sus lágrimas empiezan ahora.

lunes, 6 de junio de 2011

Una experiencia única

Debo escribir los versos más tristes esta noche....a no, que esto ya lo ha escrito alguien!
Han pasado 8 meses y 15 días desde que empezamos nuestro Erasmus cargados de ilusiones y miedos y ahora, cuando ya vemos el final muy cerca, toca hacer balance de esta experiencia. Porque sí chicos, esto huele a final.
En dos semanas estaré de vuelta en mi casa, con mi gente de toda la vida, y de seguro, disfrutando muchísimo del verano. Pero lo que hemos vivido aquí ninguno de nosotros lo podremos olvidar.
Llegamos un 23 de septiembre tras una dramática despedida en el aeropuerto, sin conocernos apenas, preguntándonos como sería la convivencia, cómo nos desenvolveríamos con el idioma, las clases y todo lo demás.
Nos fuimos descubriendo poco a poco y no tardamos en ampliar el grupo con 2 canarios y una murciana que pronto se convirtieron en amigos. Y, a los 2 días, un extremeño se acercó a nosotros preguntándonos si sabíamos donde se salía de fiesta en Bergamo. Y así, a lo tonto, completamos este círculo, esta pequeña familia en la que nos hemos apoyado, con la que nos hemos reído y con la que, por qué no decirlo, nos hemos emborrachado alguna vez que otra.
Hemos reído, llorado, gritado, cantado, bebido, pasado resacas, estudiado y disfrutado. Siempre juntos, siempre mano a mano.
Ahora es el momento de despedirse, de decir "hasta luego" o "espero verte por aquí o por allá".
La vuelta a la realidad será dura, feliz y triste a la vez.
Quien sabe cuando podremos volver a juntarnos los 8 para recordar lo que hizo el piso 1 o el piso 2 aquel día, para recordar colchones por las ventanas, multas de autobús, viajes, cenas, amigos invisibles, vecinos impertinentes, cristales rotos, líos y liadas.
Lo único que creo que los 8 tenemos claro es que, pese a todo, jamás podremos olvidar esta experiencia y que, al recordarla en nuestra cara se dibujará una gran sonrisa.
Gracias por hacer estos meses inolvidables.